Auckland, City of Sails

domingo, 30 de septiembre de 2012

Nos hemos despertado con un día fabuloso, con calorcete, acompañados de una simpática familia de patos que estaba esperando a que les diésemos parte de nuestro desayuno.


En cuanto hemos terminado de ducharnos y de recoger, nos hemos ido al centro con la misión inicial de encontrar un sitio donde dejar aparcada la kiwivan. En un principio pensábamos dejarla lo suficientemente lejos para que no tuviésemos que pagar parking pero, tras no encontrar problemas de espacio y preguntar a un lugareño, hemos visto que siendo domingo el parking es gratuito en las plazas de la calle. Así que hemos aparcado en Upper Queen St y nos hemos despreocupado (ni dejábamos la caravana en mal sitio ni nos iba a salir por un ojo de la cara).

Nos hemos recorrido toda la calle Queen St hasta llegar al muelle (Harbour o Water Front), hemos seguido paseando a lo largo muelle ya que no está en línea recta si no que tiene varios muelles que se meten en la bahía. Nos han regalado un helado en uno de los puestos de helados del muelle (una oferta de bienvenida de primavera que al parecer hacen todos los años) y hemos continuado paseando por el harbour hasta encontrarnos con una feria de barcos, donde hemos podido ver algunos impresionantes, desde barquitos de vapor, canoas tradicionales hasta los más modernos y grandes yates.



De casualidad hemos visto pasar un tranvía y nos hemos acercado a curiosear. Al hacer tan buen día habían sacado un par de tranvías, de inicio del siglo XIX, y estaban recorriendo una pequeña ruta circular alrededor de la manzana del muelle. Nos hemos subido ya que Nita nunca había montado en tranvía antes. Como a una niña pequeña le han puesto la gorra de maquinista y le han dejado ponerse a los mandos del mismo.





En la segunda vuelta del tranvía, hemos aprovechado que había una parada cercana al Sky Tower (el simbólico edificio de Auckland que sale en todas sus postales) y sin pensárnoslo, sobretodo Nita, hemos cogido 2 tickets para subir a lo más alto.


A partir de aquí redacta Nita:

No has hecho más que comprar el ticket y ya estás en la entrada del ascensor, que tiene un estupendo cristal en el suelo y otro en la puerta para que los que tenemos vértigo lo pasemos estupendamente sólo subiendo en el ascensor.


xOUe no ha debido acordarse de mis vértigos porque el pobre iluso ha comprado un ticket para ver dos plantas, la primera (y la única que yo he podido visitar) a 188 metros de altura donde hay un mirador y cafetería, y otra a 220 metros que xOUe ha tenido que visitar solo.

El ascensor reconozco que ha subido rápido y, como he ido agarrada como si no hubiese un mañana al pasamanos y de cara a la pared, no se me ha hecho demasiado horrible (no confundáis con agradable). Cuando se han abierto las puertas a 188 metros yo sólo pensaba en que quería salir del ascensor, ¡qué ilusa!, se abren las puertas y casi me da un patatús. Era como estar en un platillo volante con todas las ventanas hasta el suelo y partes del suelo de cristal.


Las vistas increíbles (acojonantes para mí), y desde la pared de la que no me he podido mover, miraba con envídia como la gente paseaba a sus anchas y los niños correteaban ajenos al peligro de que eso se viniese abajo… ¡insensatos!!!.


(He llegado a la conclusión de que pertenezco a una raza mucho más desarrollada, que sabe que eso se puede caer en cualquier momento y que es mejor no subirse… si eres de los míos, ¡enhorabuena!, si no, que sepas que la torre se mueve unos 6 metros cuando hace brisa, imagínate cuando hace viento… Ahora que caigo, menos mal que nos ha hecho buen día, si no me hubiese dado un síncope).
Bueno, resumo, mientras yo estaba pegada a la pared cual bicho espachurrado en el parabrisas de un coche, xOUe ha subido en el ascensor que llevaba al mirador superior (mi marido los tiene cuadrados jajaja). Y lo ha grabado todo en video para que yo pueda verlo sentada tranquilamente a 0 metros de altura (donde me desenvuelvo como pez en el agua).

Lo único que me dá un poco de pena es no haber podido estar más tiempo arriba para que xOUe pudiese disfrutarlo un poco más, pero creo que cuando hemos vuelto a bajar en el ascensor y me he ido corriendo al baño para echar el helado que nos regalaron en el muelle... ha comprendido que así era suficiente.


Después del sofocón hemos paseado un poco más por las calles de Auckland hasta dar con un sitio de Sushi donde darnos un buen banquete.

Para sorpresa nuestra, y para casualidad también, hemos visto pasar mientras comíamos a Mercedes y Jorge, la pareja de malagueños con los que ya coincidimos en Christchurh y en Queenstown.
O Nueva Zelanda es muy pequeño o tenemos un imán para encontrarnos con ellos.
Hemos charlado con ellos, contado batallitas del viaje, poniéndonos al día, y no podemos dejar de repetirnos lo encantadores que son. En algún momento tendremos que ir a verles a Málaga para vernos en tierras españolas y sin caravanas de por medio.

Nos hemos pegado tal comilona que nos hemos arrastrado hasta un parque para aprovechar los últimos rayos de sol y ver a los kiwis de la zona pasar y relacionarse (algunos la mar de extraños).
Y poco más que contar sobre Auckland… mañana a devolver la caravana y a hacer horas en el aeropuerto para volvernos.

Lo mismo mañana si tenemos tiempo escribimos un post lacrimógeno desde el aeropuerto, pero por si acaso…

¡ADIOS NUEVA ZELANDA!!.

 

3 comentarios:

Unknown dijo...

Hija, lo relatas de tal manera que me da vértigo a mi que ya sabes que de eso no gasto.
Menos mal que guille ha hecho video y podremos ver algo del panorama.
No sufráis demasiado por volver porque la experiencia no os la quita nadie.
Que paséis un buen día en el aeropuerto JeJe
Besos

Nita dijo...

Jajaja, pues yo me he acordado de Papá, me hubiese quedado con el en la planta 0 tomándome algo y ya subías tu con Guille.

Un beso y nos vemos dentro de un par de días.

almu2584 dijo...

Me ha recordado a mi experiencia en la CN Tower de Toronto... ¡qué miedo!

Tengo muchas ganas de veros, chicos, buen viaje!

MuaK!

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